Sociedad que no comparte sufrimiento de enfermos es cruel e inhumana, dice el Papa Benedicto XVI
VATICANO, 18 Dic. 10 (ACI).- En su mensaje para la 19° Jornada Mundial del Enfermo 2011 dado a conocer hoy, el Papa Benedicto XVI señaló que una sociedad que "no logra aceptar a los sufrientes y no es capaz de contribuir mediante la compasión a hacer que el sufrimiento sea compartido y llevado también interiormente es una sociedad cruel e inhumana".
En el texto para la celebración de esta jornada el próximo 11 de febrero de 2011, fiesta de la Virgen de Lourdes, el Papa señala que "si todo hombre es nuestro hermano, entonces el más débil, el sufriente y el necesitado de cura deben ser el centro de nuestra atención, para que ninguno de ellos se sienta olvidado o marginado, de hecho 'la medida de la humanidad se determina esencialmente en relación con el sufrimiento del sufriente' ".
El Santo Padre recuerda luego su visita a Turín en mayo de este año, donde veneró la Sábana Santa, y donde pudo reflexionar sobre la entrega de Cristo en la Cruz, para poder exclamar como San Pedro "¡por sus llagas han sido curados!".
En el mensaje con fecha 21 de noviembre, fiesta de Cristo Rey del Universo, Benedicto XVI afirma que "el Hijo de Dios ha sufrido, ha muerto, pero ha resucitado y por ello esas llagas se convierten en signo de nuestra redención, del perdón y la reconciliación con el Padre; pero también se convierten en prueba para la fe de los discípulos y la nuestra: cada vez que el Señor habla de su pasión y muerte, ellos no comprenden, refutan, se oponen. Para ellos, como para nosotros, el sufrimiento sigue estando cargado de misterio, difícil de aceptar y cargar".
El Papa se dirige a los enfermos y sufrientes. A ellos les dice que "a través de las llagas de Cristo es que podemos ver, con ojos de esperanza, todos los males que afligen a la humanidad. Con su Resurrección, no ha eliminado el sufrimiento y el mal del mundo, pero lo ha vencido hasta la raíz. A la prepotencia del mal ha opuesto la omnipotencia del amor. Nos ha mostrado entonces que el camino de la paz es de la alegría y el Amor".
"Dios, la Verdad y el Amor en persona, ha querido sufrir por nosotros y con nosotros, se ha hecho hombre para poder compartir, con el hombre, en modo real, en carne y sangre. En todo sufrimiento humano, entonces, ha entrado Uno que comparte el sufrimiento y la resistencia; en todo sufrimiento se difunde la consolatio, el consuelo del amor partícipe de Dios para hacer surgir la estrella de la esperanza".
"A ustedes, queridos hermanos y hermanas, repito este mensaje, para que sean testimonio de él a través de vuestro sufrimiento, vuestra vida y vuestra fe".
Ante la realización de la Jornada Mundial de la Juventud en agosto de 2011 en Madrid, el Santo Padre se dirige también a los jóvenes, especialmente a los enfermos. "Con frecuencia la Pasión, la Cruz de Jesús dan miedo, porque parecen ser la negación de la vida. ¡En realidad, es exactamente lo contrario!. La Cruz es el 'sí' de Dios al hombre, la expresión más alta y más intensa de su amor y la fuente de la que surge la vida eterna. Del corazón traspasado de Jesús nace esta vida divina".
"Queridos jóvenes, aprendan a 'ver' y a 'encontrar' a Jesús en la Eucaristía, donde está presente de modo real por nosotros, hasta hacerlo alimento para el camino, pero sépanlo reconocer y servir también en los pobres, los enfermos, en los hermanos sufrientes y en dificultad, que necesitan vuestra ayuda. A todos los jóvenes enfermos y sanos, repito la invitación a crear puentes de amor y solidaridad, para que ninguno se sienta solo, sino cercano a Dios y parte de la gran familia de sus hijos".
Benedicto XVI se refirió luego al constante acompañamiento de la Virgen María en la vida cotidiana y en los sufrimientos diarios. La Madre de Dios, dijo, es la salud de los enfermos y el consuelo de quienes sufren. Al pie de la Cruz, con el corazón traspasado, Ella asume la misión de ser Madre de todos los miembros de la Iglesia.
Finalmente el Papa alentó a las "autoridades para que inviertan siempre más energías en estructuras sanitarias que sean de ayuda y sostenimiento a los sufrientes, sobre todo los más pobres y necesitados" y saludó a todos los que en la Iglesia Católica sirven con amor y esmero a los hermanos enfermos: "que vean siempre en ellos el rostro de Cristo".
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